lunes, 19 de noviembre de 2012

Charlota de tiramisu


La charlota (del francés charlotte) o carlota, es una tarta de origen francés. Se elabora forrando un molde de bordes altos con bizcochos de soletilla o genovesa, para moldear la línea exterior del pastel y proporcionarle su aspecto clásico.


Se cree que su origen es una alteración del postre charlotte russe inventado por el chef francés Marie-Antoine Carême (1784-1833), quien lo nombró en honor de la cuñada del zar Alejandro I, ya que en ese momento trabajaba para él.


El relleno consiste en una crema pastelera o crema bávara con o sin frutas. Esta tarta se deja varias horas en el frigorífico y se consuma frío. Los bizcochos se remojan previamente en sirope para que no se rompa la masa, y se aromatizan en algunas ocasiones con un licor seco. Antiguamente se recurría a rebanadas de pan untadas con mantequilla. En las recetas actuales la crema del relleno puede ser sustituida por una mousse, y la charlota de chocolate goza también de mucha fama.



Los ingredientes que vamos a necesitar para un molde de 22 cm. son:

Para el bizcocho genovés (2 planchas):
4 yemas
170 g de azúcar
60 ml de agua
4 claras
165 g de harina
Para la mousse de tiramisú:
130 g de azúcar
50 ml de agua
6 yemas
8 hojas de gelatina
500 de mascarpone
350 ml de nata líquida para montar
Además:
1 gran vaso de café solo frío
Cacao en polvo
Crocante de almendra
Chocolate blanco
Bizcochos de soletilla o similares

Vamos con la elaboración que aunque un poco larga es muy sencilla.
Necesitaremos dos planchas de bizcocho genovés, para ello comenzaremos separando las claras de las yemas.
Montaremos las yemas con la mitad del azúcar y cuando estén semimontadas añadimos el agua poco a poco. Aparte montamos las clara con la otra mitad del azúcar.
Ahora unimos con movimientos envolventes y con delicadeza la base de las yemas con la base de las claras, para que no se bajen estas últimas.
Vamos incorporando la harina tamizada con cuidado, hasta obtener una masa homogénea que dividiremos en dos.
Horneamos cada plancha por separado dentro de un molde de 22 cm. (También si somos habilidosos podemos hornear un solo bizcocho y luego cortarlo en dos con un cuchillo un cortatartas con alambre).
El horno precalentado a 90º arriba y abajo con aire y cuando metamos el bizcocho quitamos el fuego de arriba y subimos la temperatura a 180º (de este modo el bizcocho subirá a la vez que la temperatura).
Pinchamos pasados 45 minutos para saber si está hecho (nunca abrir el horno antes de pasados 35 minutos pues perderíamos calor y se nos bajaría nuestro bizcocho).
Retiramos del horno y lo dejamos enfriar sobre una rejilla (no lo dejéis dentro del horno que como está caliente se arrebataría).
Mientras se hornea podemos ir preparando la mousse, para ello montamos las yemas hasta que blanqueen y reservamos.
Hacemos un almíbar con el agua y el azúcar que se deja hervir durante un minuto y medio.
Mientras hidratamos las hojas de gelatina durante 10 minutos en agua fría. Se escurren y se funden en el microondas (solo un golpecito no se nos quemen)
Añadimos a las yemas el almíbar poco a poco, seguido de las hojas de gelatina fundidas.
Aparte se mezcla el mascarpone con la nata líquida y se monta con las varillas bien limpias.
Cuando esté semimontada, se añaden las yemas y se mezcla bien.
Y llegamos al paso final del montaje. Necesitamos un molde desmontable engrasado o en su defecto cubierto en su interior por un papel celofán duro (porque luego se quita muy bien una vez quitemos el aro del molde desmontable.
Ponemos el fondo una de las planchas del bizcocho y lo empapamos con la mitad del café (asegurarse de que queda bien empapado para que luego todo el conjunto quede más suave en la boca).

Se cubre con la mitad de la mousse de tiramisú y se pone encima la otra mitad del bizcocho, repitiendo la operación del empapado con café y la nueva capa de mousse de tiramisú.


Se puede congelar o simplemente meterlo en la nevera por espacio de tres horas.
Para decorarlo y sacarlo a la mesa, desmoldamos con cuidado y vamos pegando con cuidado los bizcochos alrededor. (Se pegan casi solos pero para evitar que se caigan les podemos dar un pegotito de mousse para pegarlo). Lo adornamos con una cinta que además de decorativa, nos asegura que los bizcochos “más rebeldes” permanezcan en su sitio.
La podemos espolvorear con cacao por encima con un colador y con una plantilla podemos hacer decoraciones con azúcar glass también espolvoreada.

También se pueden colocar aros de emplatar y rellenar con crocanti de almendra o chocolate blanco rallado.
¡No os podreís resistir, está buénisima! Además podéis hacer todas las combinaciones que os apetezcan, aquí os dejo una muestra de distintas variedades de decoración de las Charlottes .
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